Mesa de comedor y sillas de formica. En los años sesenta eran símbolo de progreso, como las sopas de sobre, la olla exprés y el boli BIC. Se decía continuamente: Hay que ir con los tiempos.
Los años, la novela sociológica de Annie Ernaux, fue la protagonista de nuestro club de lectura de este jueves 22 de febrero. No es una novela más de la Premio Nobel de Literatura de 2022. Resulta novedosa la forma en que está construida, combina una voz narrativa individual, Ella, con una voz colectiva, un Nosotros. Y esa dualidad es uno de los hallazgos del libro. En cuanto al contenido, es un retrato colectivo, sociológico de la sociedad francesa desde los años cuarenta hasta 2006. Si bien, muchas de las cosas que cuenta son extrapolables a España, eso sí, veinte años después. En cualquier caso, la mayoría de las personas integrantes del club se habían identificado con muchas de las cosas que cuenta Ernaux. Recogemos aquí algunas de las opiniones que fueron surgiendo.
Lo he leído despacio, es más difícil de leer que otros libros de la autora, pero me hacía recordar cosas que yo también he vivido. Por supuesto que describe desde sus vivencias y su mentalidad pero ese nosotros, ese plural, me incluía, yo me sentía partícipe.
Me gusta por lo que tiene de reflejo de una época, cómo describe el Mayo del 68 y el posterior desencanto. Cómo pasamos de una sociedad de grandes carencias tras la Segunda Guerra Mundial a una sociedad loca por el consumo, a medir la libertad por la capacidad de ir al centro comercial.
Me ha hecho reflexionar porque toca muchos temas, por ejemplo cómo todo lo relacionado con el sexo era pecado (sobre todo para las mujeres), de las chicas como Dios manda y de las pelanduscas. Del proceso de secularización que sufrió Francia, de la inmigración, de la liberación que supuso la píldora, de la proliferación de las grandes superficies, de la llegada del plástico y la formica, del boli BIC, etc.
Me gusta que no es un libro nostálgico, Ernaux va contando con objetividad, con una cierta distancia. De hecho insiste en que no se trata de rememorar, lo que quiere es captar cómo fueron cambiando las ideas, las creencias, cómo se fueron transformando las personas.
Las últimas páginas me han emocionado mucho, a partir de la 316. Y cuando al final del libro Ernaux confiesa su intención al escribirlo: Salvar algo del tiempo en el que ya no estaremos nunca más.
Y para acabar nos preguntamos ¿Qué cosas regulan hoy nuestro tiempo? Y esto fue lo que respondimos. Internet, las redes sociales, la guerra del agua, la ecología, el cambio climático, el culto a la imagen, la obsesión por alargar la vida y la airfryer (freídora de aire). No está mal ¿verdad?