Este mes de septiembre, mes de vendimia y fiestas de San Mateo, nos sorprende con un trabajo a cuatro manos de uno de los mejores guionistas de Europa, Lewis Trondheim (Francia, 1964) y su mujer, Brigitte Findakly. Hija de padre iraquí y madre francesa, pasó en Mosul sus primeros diez años de vida, años en los que los golpes de estado se sucedían sin descanso. Brigitte trabaja en el mundo del cómic como colorista pero en Las amapolas de Irak nos cuenta su infancia allá por los años 60. Se une así a una larga lista de cómics autobiográficos que han ido apareciendo en los últimos años, algunos con idéntico tema: Persépolis y El árabe del futuro.
Los dibujos de trazo sencillo e inocente están acompañados de fotos. Esta mezcla que aúna una parte realista y cruda (las fotos en blando y negro) con los dibujos infantiles contribuye a hacer ligera la narración, ligera, no vacía. Los diálogos y las situaciones planteadas tienen mucha frescura, se lee y se mira sin esfuerzo; eso sí, hay escenas que te hacen reflexionar sobre la situación política, la educación, y muy especialmente sobre el papel de la mujer.
Como es habitual en Trondheim rompe todas las reglas: textos con y sin bocadillo, viñetas grandes, otras diminutas; ilustraciones con y sin escenarios de fondo, unos muy trabajados y otros apenas esbozados. Todo el cómic es muy limpio, con mucho blanco y colores alegres. Consigue así aligerar la dureza del tema. ¡Una gozada vaya! Lo encontrarás en la Planta baja de la Biblioteca con el resto de obras mencionadas.